El telescopio Joan Oró se coordinó con diversos telescopios en todo el mundo para hacer un seguimiento de la maniobra de aproximación a la Tierra de la sonda espacial BepiColombo, en la única ocasión en que la misión se acerca a nuestro planeta en su camino hacia Mercurio.
La noche del pasado viernes 10 de abril la misión espacial BepiColombo realizó una maniobra de aproximación a la Tierra, para aprovechar el impulso gravitatorio, en su viaje hacia Mercurio. Esta maniobra, conocida como fly-by, fue la única ocasión en la que la sonda espacial pasó cerca de nuestro planeta. Varios telescopios y observatorios de todo el mundo se coordinaron para hacer un seguimiento de su paso, con la idea de obtener medidas astrométricas y fotométricas. Uno de los telescopios que hizo un seguimiento desde la superficie terrestre fue el Telescopio Joan Oró, situado en el Observatorio Astronómico del Montsec, en Lleida.
BepiColombo es una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) al planeta Mercurio, en órbita desde octubre de 2018. Es la primera misión europea a Mercurio, donde por el momento sólo han logrado llegar dos sondas de la NASA. El objetivo de la misión, que tiene previsto alcanzar la órbita del planeta más pequeño del sistema solar en 2025, es realizar un estudio exhaustivo de Mercurio y describir tanto su atmósfera y superficie como su estructura interna, campo magnético y magnetosfera.
La coordinación del seguimiento de BepiColombo surgió a partir de una propuesta de la propia Agencia Espacial Europea. Los investigadores utilizaron la información sobre la trayectoria de la nave y la magnitud esperada para hacer un seguimiento de la sonda durante su paso. Uno de los retos principales fue la gran velocidad y la poca altura a la que se desplazó, a poco menos de 10.000 kilómetros de altura. Normalmente, los telescopios realizan un seguimiento de los objetos astrales compensando el movimiento de rotación terrestre. Pero en este caso, como la velocidad aparente de BepiColombo era muy alta, fue necesario que los telescopios siguiesen la nave durante las exposiciones. Para poder indicar al telescopio dónde tenía que observar en cada momento, los científicos calcularon una órbita de aproximación de la nave, como si se tratase de un asteroide acercándose a la Tierra.
Con este cálculo aproximado, los investigadores pudieron preparar las observaciones de algunos de los telescopios que la Agencia Espacial Europea utiliza habitualmente; el telescopio catalán Joan Oró, el telescopio Zadko en Australia, y los observatorios Springbok y Polonia, en Namibia y Chile respectivamente. Este último logró captar la entrada y salida de BepiColombo en la sombra de la Tierra, y tanto Zadko como Joan Oró pudieron hacer un seguimiento durante los días posteriores. Desde territorio peninsular, la misión fue visible cruzando el cielo desde el sudeste en dirección sudoeste, entre las 5.30h y las 6.00h de la mañana. El punto más cercano de la aproximación se produjo a las 6.25h, cuando BepiColombo pasó a tan sólo 12.700km de nuestro planeta.
La campaña de observaciones del telescopio Joan Oró la lideró el astrónomo del ICCUB Toni Santana-Ros. Dedicado a la observación de exoplanetas, estrellas y otros objetos y fenómenos del sistema solar, el Joan Oró es el telescopio más grande y tecnológicamente avanzado de Cataluña, y se puede controlar tanto presencialmente como a distancia. El telescopio está científicamente coordinado por investigadores del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y forma parte del Observatorio Astronómico del Montsec que dirige el investigador de nuestro instituto Marc Ribó.
Tal y como nos cuenta Toni Santana-Ros, esta campaña de observaciones de la misión BepiColombo se gestó con tres objetivos definidos, los dos primeros relativos a la actividad de la Agencia Espacial Europea en torno a la observación de los objetos próximos a la Tierra, los conocidos como NEO – por las siglas en inglés de near-Earth object. “En primer lugar, los investigadores querían comprobar la efectividad de la red de telescopios de la agencia dedicados a la observación coordinada de objetos muy cercanos a nuestro planeta, que pudiesen estar en riesgo de impacto. Además, se quería aprovechar para hacer divulgación sobre la misión y las actividades que la ESA realiza en torno al rastreo de asteroides peligrosos”, explica Santana-Ros. En cuanto al tercer objetivo de la misión, nos comenta, “Desde un punto de vista científico, nos interesaba poder tomar medidas astro y fotométricas del objeto para poder compararlas y medir la validez de nuestros modelos. Nosotros disponemos de una serie de modelos que usamos para determinar los parámetros físicos de los asteroides peligrosos que se aproximan a la Tierra. Cuando observamos un objeto de este tipo, estos modelos nos permiten determinar ciertas características como el tamaño, la masa o la densidad realizando una serie de suposiciones sobre otros parámetros como el albedo. También calculamos la distancia del objeto a la Tierra, o su trayectoria. Como todos estos valores son conocidos con detalle por la sonda BepiColombo, al hacer un seguimiento, podemos compararlos con los valores que obtenemos con nuestros modelos y así evaluar su eficacia”. El objetivo de los investigadores es poder publicar un análisis sobre la validez de sus métodos.
En el transcurso de su aproximación, la propia misión BepiColombo también grabó imágenes de la Tierra, aproximándose a una velocidad de 100.000km/hora.
Para más información, podéis consultar la noticia en la página web de la Agencia Espacial Europea o consultar las infografías sobre BepiColombo.
Encontraréis mas información sobre el telescopio Joan Oró en la página web del Observatori Astronòmic del Montsec.
Sobre los investigadores
Toni Santana-Ros es astrofísico, y se doctoró en Ciencia del Sistema Solar y asteroides, y ha trabajado como ingeniero en la Agencia Espacial Europea. Desde el 2019, es investigador postdoctoral en Sistema Solar y Cuerpos Menores en el Instituto de Ciencias del Cosmos, y también trabaja con el telescopio Joan Oró en el Parque Astronómico del Montsec.
Marc Ribó es astrónomo, profesor de la Facultad de Física e investigador del grupo de investigación en Física de Altas Energías, donde investiga sobre las fuentes astrofísicas de altas energías, principalmente las de origen galáctico. En concreto, ha estudiado los sistemas binaris de rayos X y los rayos gamma, que contienen agujeros negros y estrellas de neutrones. Ha dirigido tres tesis doctoral y publicado más de 350 artículos científicos. Ribó también es miembro del equipo directivo del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y director del Observatorio Astronómico del Montsec.