Artículos

La historia de los tránsitos

Tipo
Monográficos
Idioma
CA
ES
EN

1. Primeras previsiones y observaciones de tránsitos

Para poder predecir un evento tan particular como un tránsito planetario es necesario disponer de buenos datos de las órbitas planetarias y es este el motivo por el que no se observó ningún tránsito hasta el siglo XVII. El exhaustivo trabajo matemático de Johannes Kepler (1571-1630) sobre los datos de observaciones a simple vista de Tycho Brahe, le permitieron presentar las tablas Rodolfines en 1627. El nombre de estas tablas no era sino una dedicatoria a Rodolfo II de Habsburgo, su benefactor. A partir de estas tablas, Kepler anuncia que se producirá un tránsito de Mercurio el 7 de noviembre de 1631 y uno de Venus el 7 de diciembre del mismo año. Desgraciadamente él no vivió para poder comprobarlo.

Sus previsiones resultaron ciertas y el astrónomo francés Pierre Gassendi pudo observar el tránsito de Mercurio desde París. También lo observaron Remus Quietanus en la Alsacia, el padre Cysatus en Innsbruck (Tirol) y observadores jesuitas anónimos en Ingolstadt (Baviera). Por otra parte el tránsito de Venus del mes siguiente no se pudo observar debido a que se produjo cuando era de noche en Europa.

Kepler había anunciado que la periodicidad de los tránsitos de Venus era de 120 años pero, por otro lado, había publicadas otras tablas debidas a Van Lansberge que hablaban de un tránsito para el 1639. Dado que estas tablas parecían poco fiables, Jeremiah Horrocks ( 1619-1641), un joven de origen inglés, realizó sus propios cálculos extrayendo como conclusión que a las tres de la tarde del domingo 4 de diciembre de 1639 se produciría un nuevo tránsito de Venus rompiendo definitivamente la idea de periodicidad propuesta por Kepler. Horrocks pudo observar el tránsito mediante proyección y realizar las primeras medidas en un tránsito del diámetro aparente de Venus y de la paralaje solar (distancia Tierra-Sol). Un amigo suyo, llamado William Crabtree (1610-1644) pudo observarlo desde Manchester pero según se dice quedó tan sorprendido con el evento que no realizó medidas.

Crabtree
Figure 1: William Crabtree observando el tránsito desde Manchester
Credit: Ford Madox Brown, mural en el ayuntamiento de Manchester

2. Los tránsitos de Venus en el siglo XVIII

El eminente Edmund Halley (1656-1742) observó desde la isla de Santa Helena el tránsito de Mercurio de 1677 y planificó unos cálculos que permitieran mediante la medida de las duraciones de los tránsitos de Venus en diferentes lugares calcular la distancia Tierra-Sol con buena precisión. Los siguientes tránsitos de 1761 y 1769 servirían como pruebas y habría que enviar expediciones a diversos puntos de la Tierra ya que el método requería situar observadores con gran separación en latitud. Por otra parte el francés Delisle (1688-1768) propuso también su propio método. Con estas propuestas nació la tendencia de realizar expediciones internacionales con propósitos astronómicos.

El tránsito del 6 de junio de 1761 supuso una gran preparación de los científicos de la época. Así Delisle envió a múltiples conocidos su mapa de visibilidad del evento. Este tránsito se podía seguir completamente desde Asia y parcialmente en el Pacífico, Europa y África. Así la Academia de Ciencias francesa envió 3 expediciones a países aliados de Francia, ya que estábamos en plena guerra de los Siete Años. La primera expedición encabezada por Cassini de Thury fue a Viena como invitados del archiduque José, la segunda dirigida por Chappe de Auteroche fue a Tobolsk (Siberia) por cortesía de la zarina Elisabeth y finalmente la tercera campaña encabezada por Pingré fue a la Isla Rodríguez (norte de Madagascar). Un cuarto intento fue el dirigido por Le Gentil hacia Pondichery (India) pero que tuvo que interrumpirse dado que los ingleses habían ocupado ese territorio y se tuvo que quedar en Isla Mauricio (entonces Isla de Francia) con la intención de esperar el tránsito del 1769. Finalmente el astrónomo Lalande lo observó desde París.

En competencia con estas expediciones los ingleses enviaron una expedición a Santa Helena dirigida por Maskelyne que no pudo observar el tránsito por mal tiempo. Un segundo equipo con Charles Mason, James Bradley y Jeremiah Dixon observó el tránsito desde Ciudad del Cabo después de no poder llegar a Bencoolen (Sumatra) debido a que los franceses la habían ocupado.

Otros equipos de todo el mundo también siguieron este tránsito, en total eran 120 astrónomos situados en más de sesenta emplazamientos diferentes. Las conclusiones más importantes fueron las dificultades en detectar los tiempos de contacto por el efecto de la gota negra lo que implicaba un error demasiado grande en la determinación de la paralaje y las sospechas posteriormente confirmadas que Venus tenía atmósfera.

El segundo tránsito de este siglo (el de 3 y 4 de junio de 1769) era observable completamente desde el océano Pacífico, en el extremo este de Asia, en Norte América y en las regiones polares del norte, mientras que se podía observar parcialmente en el resto de América, Asia y Oceanía. Con la experiencia adquirida, muchos equipos dispusieron a observar el tránsito. Por parte francesa, Le Gentil se trasladó a Pondichery (India) pero el mal tiempo no le dejó observar (2 intentos y ningún acierto). Chappe cambió Siberia por San José (Baja California) acompañado de Pauly, Noël, Dubois y los españoles Vicente de Doz y Salvador de Medina. Allí pudieron realizar la observación del tránsito y del eclipse de Luna del 18 de junio, pero una epidemia de tifus acabó con la vida de la mayoría de los expedicionarios. Finalmente Pingré cambió Madagascar por Santo Domingo aprovechando el viaje para probar relojes de navegación además de completar la observación del tránsito.

Los equipos ingleses también se desplegaron por la Tierra; de hecho, dos años antes del tránsito un equipo especializado eligió los lugares. Dymond y Wales fueron a la Bahía de Hudson, el padre Maximiliano Hell acompañado por Horrebow (astrónomo danés) y Borgrewing fueron a Varda en el Norte de Escandinavia en zona polar. La expedición más sonada fue la de los mares del Sur, en la que iría un joven desconocido entonces, llamado James Cook (en la figura). Estos eligieron Tahití como lugar de observación y Charles Green y James Cook realizaron la observación con éxito. Finalmente también observarse desde Noruega por parte de Bayley y desde el Cabo Norte por Dixon.

El interés creciente hizo que otros grandes países se interesaran por el evento y dieran facilidades para que los astrónomos fueran a observar el tránsito. Así en total, se recogieron más de 150 observaciones que permitieron, en reducciones posteriores (Encke 1824a y Newcomb 1890), precisar muy bien la paralaje solar.

captain cook
Figure 2: El capitán James Cook 
Credit: National Maritime Museum, Greenwich, London, Greenwich Hospital Collection

3. Los tránsitos en el siglo XIX

El primero de los tránsitos de este siglo se produjo el 9 de diciembre de 1874 y era observable desde el sudeste asiático y Oceanía, y parcialmente en el Pacífico, Eurasia y África. Los avances tecnológicos de los últimos cien años permiten realizar más y mejores expediciones para observar el tránsito. Así, los ingleses prepararon 5 expediciones: Isla Rodríguez (ahora de soberanía inglesa), Nueva Zelanda, dos en las islas Kerguelen y tres al actual archipiélago de Hawai. Por otro lado Rusia organizó 24 estaciones de observación a lo largo de su territorio.

No podemos olvidar los persistentes franceses que realizaron seis expediciones: en Beijing (China), en Japón, en Saigón (actualmente Vietnam), en las islas Campbell, en la isla de Saint Paul y en Nueva Caledonia. Los franceses explotar al máximo los recursos de la reciente inventada fotografía y es éste el primer tránsito del que se tienen imágenes reales.

El siglo XIX aún tuvo un segundo tránsito, el último de la historia antes del de junio de 2004. Se produjo el 6 de diciembre de 1882 y se pudo observar completamente desde toda América del Sur y Central y parte de Norte América . Por este tránsito, Francia envió 10 expediciones: Haití, México, Martinica, Florida, Patagonia, Chile, Chubut, Rio-Negro, Cabo de Hornos y en Bragado. Muy numerosas fueron las expediciones enviadas por el observatorio naval de Washington y así desde muchos lugares del planeta. Con la recopilación de los datos de éste y los anteriores tránsitos, Newcomb en 1890 precisó la paralaje solar con gran precisión. Otros métodos alternativos basados ​​en la observación de Marte o de asteroides dieron resultados similares a lo largo del siglo XIX y principios del XX. Todos estos métodos sólo se han podido superar con las medidas de radar.

4. Los tránsitos en el siglo XXI

Este nuevo siglo ha comenzado con muchos eventos, el primero de ellos el tránsito de Mercurio del mes de mayo de 2003. Poco más de un año después tuvimos una gran oportunidad con este tránsito de Venus del 8 de junio de 2004 . Ahora nos toca a nosotros escribir la historia ...

Materiales relacionados

Aplicaciones
Eclipsi 2.0
Eclipsi 2.0 es la nueva versión de la aplicación Eclipse para el cálculo de eclipses y tránsitos que salió en diciembre de 2012, mejorada con un montón de características nuevas.
Autor
Eduard Masana, ICCUB